Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.
María es un alma de aceptación: Pasó por el susto, la sorpresa y la alegría del llamado como tú. Dijo sí con unas palabras hermosas que eran su fórmula de consagración”:He aquí la esclava del Señor...” En esas palabras había entrega total, confianza plena, amor muy hondo...¿como tú? Alma que alimentaba el amor y vivía del amor en su vida.
Alma que de su consagración hizo su vida, su por qué, su alegría. Demostró que una vida entregada a Dios por amor es una vida hermosísima, muy valiosa, muy rica, digna de imitarse. Tú eres uno de esos imitadores, imitadoras... Tienes que seguir demostrándote a ti y al mundo que tu vida dedicada a Dios y a los hombres es muy hermosa, valiosísima, riquísima, digna de vivirse e imitarse.
Mis oraciones siempre por ti....
2 comentarios:
Creo que es un ejemplo para quienes nos llamamos católicos.
Hola
me gusta este espacio
te hace reflexionar
:)
qué estés bien Arturo
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