jueves, 17 de enero de 2008

CRISTO mismo se nos da...


Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.

Por la fe, sabemos que cuando comulgamos no comulgamos un trozo de pan cualquiera, sino el Cuerpo Sacratísimo de Cristo.Dios Padre está presente,dándonos como regalo la eucaristía, es decir a su Hijo, sacramentalmente. Y al mismo tiempo, está presente Dios Padre recibiendo de su Hijo en cada misa la oblación que nosotros le damos, y recibiendo a su mismo Hijo inmolado por nosotros.

Vemos la acción del Espíritu Santo que con su fuerza transforma esos dos elementos materiales, el pan y el vino, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Por tanto al comulgar, junto con el Cuerpo de Cristo recibimos también el fuego del Espíritu, la fuerza para soportar esos momentos de depresión,amargura, arrebatos, ira, gritos, insultos y toda clase de maldad.Y por supuesto, por la fe vemos a Cristo, segunda persona de la Santísima Trinidad, inmolándose en la Cruz, renovando su sacrificio una vez más, por la salvación de la humanidad.

¡La eucaristía es misterio de fe! La fe es la que nos levanta para vivir nuestra vida desde Dios, ver sus signos y su presencia. Con la fe vivimos nuestra vida con profundidad y de cara a la eternidad, de la que la eucaristía es ya un anticipo: “El que coma, tiene ya la vida eterna”. Sin la fe, la misa es algo lejano, aburrido, sin sentido, algo pasado que en nada nos concierne.¿Tienes o no tienes fe?


Mi oraciones siempre por ti....

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