martes, 29 de mayo de 2007
La Vida Espiritual del Laico
Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.
No es sencillo, hoy en día llevar una vida espiritual fuerte que proyecte el alma al interior y no al exterior, es un ejercicio que exige que el católico se adentre en sí mismo, dándose tiempo para rezar y forjando su voluntad para llevar un horario donde pueda acudir a la fuente de las gracias, que es Dios. Se puede justificar cualquier persona, asumiendo infinidad de compromisos, para no rezar y para llevar la fiesta en paz.
El laico de hoy, no debe permanecer ajeno a la oración y mucho menos minimizar su vida espiritual en ninguna forma. Si se le dedica tiempo al trabajo profesional, al deporte a las distracciones personales, a la familia. ¡ Cómo no esforzarnos por acudir con Dios nuestro señor! Nuestra mente no nos permite imaginarnos la eternidad, pero es claro que es enorme y sin límite. Así, nuestra eternidad empieza cuando hacemos esfuerzos nobles por darle a Dios, el lugar que merece en nuestras vidas y cuando ponemos un poco de nuestra parte por llevar una vida espiritual ordenada y encauzada dándole al Creador la posibilidad de que hable a través de nuestro corazón que solo se sacia en él. Los resultados son casi inmediatos, sobre todo la presencia constante de Dios en nuestra alma, y la paz interior así como la fortaleza para sobrellevar las cruces que tenemos y para ofrecer siempre nuestros triunfos y alegría.
Como decía Juan Pablo II, desde el inicio de su pontificado, ¡No tengáis miedo! El laico debe de procurar tener una vida espiritual que sea su plataforma de lanzamiento hacia los grandes proyectos que tiene Dios, para las almas, pero que ciertamente el alma debe de estar abierta a escucharlos.
Mis oraciones siempre por ti....
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