jueves, 7 de febrero de 2008

Atletas de DIOS

Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.


Un campeón olímpico no se gana tres medallas de pura suerte.Detrás de esas tres medallas hay muchos años de esfuerzos, toda una vida de sacrificios, privaciones, renuncias. Hay miles de horas de entrenamiento y ejercicios. Todo para adquirir una fisonomía atlética.



También los católicos somos “atletas”. Corremos durante esta vida terrena para llegar a la meta eterna: el cielo. Y como cabe suponer hay que estar preparados. Ahora, tenemos ante nuestros ojos seis semanas de preparación para la Pascua, el corazón de todo el año litúrgico. Estos cuarenta días nos pueden transformar en verdaderos atletas de Dios, alcanzando una “fisonomía atlética católica”. No perdamos la oportunidad.



Cristo como buen entrenador pone también las condiciones necesarias para seguirle. Pero en el fondo no pide nada especial, porque la cruz, queramos o no, todos la tenemos que cargar. Cristo lo que nos pide es llevar esa cruz que todos tenemos de una forma diferente: con alegría, optimismo, y sobre todo no olvidemos que es por amor a Él.



Mis oraciones siempre por ti....

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