lunes, 13 de octubre de 2008

SALMO 62,2.4


Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.


Cuando confiamos en DIOS nuestros labios pronuncian las palabras del Salmista, que desde la aurora profesa su fe: «Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti...; tu gracia vale más que la vida» (Salmo 62,2.4).


Con el espíritu reconfortado, podemos afrontar el nuevo día.


MIS ORACIONES SIEMPRE POR TI....

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