Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.
Todos nos hemos encontrado alguna vez niños en los semáforos pidiendo limosna, haciendo juegos dizque de malabarismo porque a veces son tan pequeños que no pueden ni con su alma, pero hacen un esfuerzo.
La limosna. ¿Cuándo darla? ¿a quiénes darla? No te preocupes demasiado. Te lo dirá el corazón cuando en aquel niño malvestido y sucio de la cara, o en aquella anciana de mirada dulce puedas ver el rostro de Cristo que te dice: “Tengo sed. Dame de beber…”
Mis oraciones siempre por ti....
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