miércoles, 16 de abril de 2008

Nuestro Faro


Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.


Me gusta pensarme como una barca. Una barca pequeña, frágil. Una barca en medio del mar de la vida. Hermoso, sí; pero al mismo tiempo tremendo. Un mar que se presenta sereno y generoso en sus frutos. Pero que es terrible en su cólera. La travesía por el mar, sin duda fascinante, resulta peligrosa. Durante la noche y la tormenta es fácil perder el puerto y no llegar a la otra orilla. En medio de este mar caprichoso, es necesario encontrar un punto fijo, un guía seguro. Y es en este momento cuando lo encontramos, o mejor dicho, se nos revela. Jesús nos lo dice clarísimo: Yo soy la luz de este mundo. Él es nuestro faro. Faro de esperanza y salvación. Este Faro nos señala dónde está el puesto seguro y, además, traza el camino con su luz. Un camino estrecho, pero claro. Te invito a que nunca pierdas la esperanza y sigas confiando en Él.


Mis oraciones siempre por ti....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un post de gran valor espiritual y más en estos moments díficiles para mi familia. Linda inspiración para concluir en armonía perfecta.

Un abrazo desde Colombia!

Unknown dijo...

Mil gracias por tu comentario.Ánimo para DIOS nada es imposible.

Que estés muy bien!