martes, 3 de julio de 2007
Muestrame tu Fe con Obras
Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.
¿De que sirve,hermanos míos,que alguien diga: "Tengo fe", si no tiene obras?» (St. 2, 14)
En el servicio de la caridad, hay una actitud que debe animarnos y distinguirnos: hemos de hacernos cargo del otro como persona confiada por Dios a nuestra responsabilidad. Como discípulos de Jesús, estamos llamados a hacernos prójimos de cada hombre (cf. Lc 10, 29-37), teniendo una preferencia especial por quien es más pobre, está sólo y necesitado. Precisamente mediante la ayuda al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado -como también al niño aún no nacido, al anciano que sufre o cercano a la muerte tenemos la posibilidad de servir a Jesús, como El mismo dijo:Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis(Mt 25, 40). Por eso, nos sentimos interpelados y juzgados por las palabras siempre actuales de San Juan Crisóstomo: ¿Queréis de verdad honrar el cuerpo de Cristo? No consintáis que esté desnudo. No le honréis aquí en el templo con vestidos de seda y fuera le dejéis perecer de frío y desnudez.
Mis oraciones siempre por ti....
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