miércoles, 26 de noviembre de 2008

UN OASIS

Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.

No aparecen en la prensa, ni se ven por la calle, ni mueven multitudes, ni organizan conferencias famosas. No tienen armas, ni riquezas, ni poder. Son simplemente hombres y mujeres que han descubierto un tesoro, el mayor bien de la vida: DIOS.


Los contemplativos son una pequeña, preciosa multitud en la Iglesia. Los datos publicados en 2008 por la Congregación para los institutos de vida consagrada hablan de más de 12,800 monjes y alrededor de 48,500 religiosas que viven su entrega a Dios y a sus hermanos en los monasterios.Para los ojos del mundo, los contemplativos son personas alejadas de la economía real, ajenas al frenesí de la técnica, libres de las preocupaciones de la “gente común”. No faltan quienes ignoran o desprecia lo que hacen, lo que viven, lo que rezan los monjes y las monjas de claustro. Pero más allá de los juicios humanos, de un modo muchas veces oculto y sencillo, los monasterios son uno de los lugares más fecundos, más ricos, más poderosos del planeta.


Sí, poderosos, porque tienen a Dios, porque han encontrado una perla preciosa, porque la ofrecen a sus hermanos desde el amor hecho oración y servicio.Sí, poderosos, porque son capaces de detener batallas, de mover corazones, de atraer conversiones, de despertar conciencias, de suscitar amor, fe y esperanza entre los hombres;sí, poderosos, porque buscan con todas sus energías y su corazón al Esposo, al Amor que explica el origen del mundo, la creación del hombre, la maravilla de la vida en Cristo.


Valen para todos los monasterios del mundo estas palabras del Papa Benedicto XVI: “Que los monasterios puedan cada vez más ser un oasis de vida ascética, donde se percibe la fascinación de la unión esponsal con Cristo y donde la elección del Absoluto de Dios está envuelta en un constante clima de silencio y contemplación” (20 de noviembre de 2008).


Quienes han podido llamar a la puerta de un monasterio, quienes han podido hablar con las almas que viven allí su vocación cristiana, saben que se toca, se percibe, se siente algo especial. Algo que el mundo no tiene, ni conoce, ni ofrece, pero que necesita ansiosamente.


Mis oraciones siempre por ti....

miércoles, 19 de noviembre de 2008

!SOMOS PERSONAS!


Espero que estas letras te encuentren con entusiasmo.

Normalmente sucede que las cosas importantes sólo las valoramos plenamente cuando las perdemos. El perder algo importante tiene sus consecuencias....precisamente por eso las echamos de menos. Actualmente estamos perdiendo “conceptos”. Quizás alguien piense que esto no es importante, o que solo lo es para una minoría de personajes (filósofos, eruditos y otros seres raros). Es un error,pues perder un concepto es una catástrofe para toda la humanidad. Y más cuando son conceptos sobre los que se cimienta toda la civilización.

Uno de los conceptos en declive es el de “persona”. La sociedad cada vez mas materialista e individualista concibe a las personas no como tales sino como objetos de consumo. Una persona ha pasado a ser “un voto”, “un comprador”, “lo que me da placer”, “lo que me da seguridad”, “un elemento productivo”, etc...

Olvidar el concepto de “persona” nos hace menos humanos, porque si llegamos a olvidar eso ¿qué otra cosa podemos ser, en que nos convertimos? Sólo cabe una respuesta: en monstruos.


Mis oraciones siempre por ti....